lunes, 8 de octubre de 2012

Jueces 1


Hoy, es imperativo en medio de tanto egoísmo en que nos movemos en nuestra vida diaria, que es común encontrar gente que actúa para mal con sus semejantes, en el aspecto de juzgar a los demás, pero con una crítica destructiva; tendemos siempre a ver los errores de los demás, hablar mal de otras personas, de lo han vivido, de lo que están haciendo ahora, de su vida familiar, de su vida laboral, etc.… cuando deberíamos ver el lado positivo de esa persona, sus logros, sus cualidades,  sus proyectos, quizá ambiciosos, pero al final de cuentas, sueños alcanzables; y lo que comúnmente pasa, es que no nos damos cuenta de nuestros errores o de las cosas en las que fallamos nosotros, y quizá seamos peores que aquellas personas a las que acusamos .
Deberíamos cambiar ese mal habito que habita en nosotros, y pensar en que algún día cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sus actos, y comenzar a ayudarnos a crecer, a conquistar esos sueños personales y ayudar a nuestros amigos a conquistar los de ellos, darnos la mano, dar de nuestro tiempo, compartir nuestras talentos a favor de la necesidad de nuestros amigos, a mejorar, incluso a invertir económicamente en ellos.
Y Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado, y peleemos contra el cananeo, y yo también iré contigo al tuyo. Y Simeón fue con él. Jueces 1:3